martes, 12 de mayo de 2015

El desarrollo cognitivo del niño


A pesar de ser la parte central de la obra de Piaget, sólo es uno de los dominios estudiados en ella. Pretender presentar en algunas páginas sus principales descubrimientos es un proyecto temerario, de la misma manera que pretender hablar de todas las investigaciones actuales es totalmente insensato. Lo que presentaré es, como todo "punto de vista", un acercamiento subjetivo, parcial, que constituye una interpretación (una traducción) de una pequeña parte de la obra de Piaget. Así mismo, respecto a las investigaciones actuales, lo que presento es también un punto de vista parcial. Este prolegómeno me permite introducir el concepto de "punto de vista" que será el hilo conductor de la exposición. Este es un concepto central en la obra de Piaget, estrechamente relacionado con: egocentrismo, adualismo, descentración y diferenciación entre el sujeto y el mundo externo (entre el sí mismo y el otro) (entre sujeto y objeto). Entre los conceptos utilizados por Piaget, éstos son los más utilizados y criticados y, a  la vez, los menos comprendidos. No podía ser de otra forma, teniendo en cuenta el espíritu behaviorista y reduccionista de la mayoría de los investigadores de principios de siglo que habían querido eliminar los fenómenos de consciencia del dominio de estudio de la Psicologia y, sin fenómenos de consciencia, ino hay puntos de vista!. El discurso de Piaget sobre los puntos de vista y su coordinación puede ser visto como complementario a su discurso sobre la acción y su coordinación. Hablar de puntos de vista es hablar de "significaciones" conscientes introducidas o descubiertas por la acción, sobre la "interpretación" de la realidad realizada por el sujeto mediante su actividad, o incluso sobre las traducciones internas del sujeto sobre las realidades con las que se encuentra. Es cierto que el concepto de "punto de vista" evoca, en un primer momento, la idea de límites y distorsiones eventuales que condicionan un "punto de vista". Piaget ha mostrado relativamente los primeros puntos de vista o las primeras interpretaciones hechas por el niño en su descubrimiento del mundo o la construcción de lo real y en cada etapa del desarrollo. Pero lo que Piaget buscaba era mostrar cómo se llevan a cabo las condiciones (necesarios) para llegar a un conocimiento "objetivo", a interpretaciones o a las traducciones "objetivas" de la realidad, cómo se construyen las normas de la verdad y la falsedad. Es así como ha estudiado las condiciones de descentración, de diferenciación de los puntos de vista, el cambio de centración y, en definitiva, la coordinación de los puntos de vista. Es en este esquematismo subyacente a las coordinaciones de las acciones, en la organización de las acciones en sistemas, donde Piaget ha situado las normas lógicas de nuestros conocimientos prácticos y de nuestros juicios y razonamientos (conocimientos reflexivos), como veremos detalladamente a continuación. El hecho de tener en cuenta la existencia de puntos de vista imposibilita caracterizar una situación dada o un comportamiento de forma idéntica a todos los sujetos y, sobretodo, independientemente del observador. De esta manera, Piaget ha hecho siempre distinción entre el que Ilamaba"lpunto de vista" del sujeto y el "punto de vista" del observador escribía en 1947 en liLa Psicología de la Inteligencia". Es curioso que el concepto de IIlIpunto de vista"" y el rol que juega, ha sido tenido en cuenta por las ciencias exactas de principios de siglo, en particular por la Física en la Teoría de la Relatividad, en cambio, los psicólogos han permanecido en buena parte herméticos e impermeables a este nivel de análisis del comportamiento como es el pensamiento o la mente (los psicólogos han persistido en el intento de explicar la conducta sin recurrir a los fenómenos mentales o de consciencia. 

Los mayores descubrimientos de Piaget:


Para abordar las mayores aportaciones piagetianas es preciso recordar, brevemente, su perspectiva. El problema pricipal que le interesaba (al biologista, al epistemólogo y al psicólogo) fue la emergencia de formas o estructuras nuevas durante el curso de los procesos evolutivos o históricos. En la evolución de las especies lo que le apasionaba son los cambios de morfología, de forma (los moluscos o las plantas que estudiaba). En la evolución de los conocimientos científicos, son los cambios de los modelos y de las teorías (formas de explicación) lo que le fascinaba, como por ejemplo, el paso de la física newtoniana hacia la física quántica. En la evolución de los conocimientos en el niño, lo que le interesó fue la aparición de nuevas formas o estructuras mentales. Pero podemos preguntarnos qué son para Piaget las diferentes estructras de nuestro conocimiento. Para responder a ello, conviene recordar lo que he denominado los tres postulados de base de la su teoría. El primer postulado consiste en situar, principalmente, el origen de los conocimientos empíricos en nuestras acciones y-en los efectos que producen. Nuestras acciones consideradas como generadoras de transformaciones, de cambios que nos informan sobre las propiedades de los objetos o de las personas de nuestro entorno. Así, nuestras acciones permiten descubrir las significaciones en el mundo (ejemplos: una orden para el ordenador, un golpe de raqueta sobre una pelota, un chute a una pelota, desplazar, añadir, romper, gritar, etc). Este postulado hace referencia a lo que Piaget denominaba la experiencia física o la abstracción simple o empírica hacia la que tenía poca estima. Desgraciadamente, ¡éste es el único postulado que a veces queda de su teoría!. El segundo postulado de Piaget, es más audaz. Consiste en situar el origen de las diferentes estructuras lógicas que sostienen las conductas sensorimotoras del bebé en la organización de nuestras acciones en sistemas (las estructuras coordinadoras), en lo que también denominó las coordinaciones generales de diferentes categorías de acciones (cada gran categoría de acciones da lugar a una coordinación de conjunto) (procesos internos). Ya he ilustrado antes como se evidencia una estructura mediante la experiencia de los tres cubiletes. El tercer postulado elaborado por Piaget, también muy audaz y que constituye una extensión del anterior, consiste en considerar las operaciones lógicas que fundamentan nuestros juicios y razonamientos como el resultado de la coordinación de acciones interiorizadas, o más concretamente, las coordinaciones generales de las diversas categorías de acciones interiorizadas (nuevamente, cada categoría de acciones interiorizadas da lugar a una coordinación de conjunto). Hay que precisar que Piaget ha considerado nuestros juicios y razonamientos como acciones interiorizadas, como acciones ejecutadas mentalmente. Es así que los juicios como IIhay más que antesll o IIhay menos que antesll hacen referencia, según Piaget, a acciones imaginadas, interiorizadas, de añadir o quitar. Nuevamente, es la coordinación de conjunto de estas acciones interiorizadas (de añadir o quitar en nuestro ejemplo) y los efectos inversos que producen lo que conducirá a la aparición de una estructura operatoria de conjunto, a la emergencia de un sistema de operaciones lógicas (Vilette, 1966). Este postulado, es uno de los que más cuesta de ser aceptado (es decir, el hecho que las normas lógicas de nuestro pensamiento tienen su origen en la coordinación de acciones interiorizadas). Con el fin de valorar su carácter audaz, creativo, innovador y sobretodo desconcertante, hay que especificar a qué se oponen los críticos. Postular las acciones y sobretodo la estructura de nuestras acciones como origen de las estructuras lógicas que fundamentan nuestras conductas es, para Piaget, oponerse a las tesis innatistas y empiristas, rechazándolas. Las tesis empiristas, dominantes a principios de siglo y aún hoy en día, son aquellas que sitúan el origen de nuestros conocimientos en las estructuras de la realidad, ya sean estructuras físicas a las que se accede mediante la percepción, ya sean estructuras sociales a las que se accederá mediante el lenguaje. Piaget, se opuso firmemente a estas tesis. Esto nos conduce a precisar la forma en que Piaget caracterizó el mundo externo (físico o social) que rechaza como origen de los instrumentos del conocimiento (origen que, según él, se encuentra en las coordinaciones generales de nuestras acciones). Piaget describió el mundo externo desde el punto de vista del niño como un mundo desorganizado, sin estructura. Para el recién nacido, en particular, este mundo exterior se describe en permanente transformación, con variaciones continuas y caóticas sin significaciones en el seno de las cuales el sujeto deberá construir un orden para encontrarse. A través de sus acciones el bebé introduce orden, progresivamente, y lIe­gará a comprender ciertas tranformaciones-variaciones con las que se encuentra. Es importante mencionar que para Piaget el recién nacido dispone, al menos, de estructuras que califica de biológicas: son las estructuras reflejas que determinan las reacciones relativamente organizadas a un número determinado de variaciones. Desde el punto de vista del observador, el mundo del bebé es una fuente de variaciones aleatorias. Una parte restringida del medio accesible al recién nacido presenta variaciones que él mismo provoca mediante conductas adaptados. Piaget analiza los invariantes que determinan estas estructuras reflejas.  


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